amarillo

A veces.
Si dijese 'a veces' me quedaría rozando la superficie.

No eres un día, no una casualidad. Ni los ojos de un niño ni los globos contrastando el cielo. Ni las palomas gritando en silencio ni los adoquines rotos. Por no ser, no eres ni los plagios de un cuento.

Pero estás ahí. Estás en mí cada día que pasa, arrastrando nuestro yugo por los parques. Nuestros barcos de papel, aquellos llenos del olor de tu bufanda, de tus mandarinas maduras y los papeles de caramelo de menta.

Mi amor, mi recuerdo, mi tensa inquietud. Mi mujer, mi niña, mi antítesis. Princesa, maruja, bruja pija y puta. Mía nunca, que si tuya para tí, sin mí conmigo para nadie.

Quién te buscase como yo en las líneas de los poetas argentinos, en los libros viejos del arte del diecisiempre, luchándote con las mentiras que yo misma me dije para nunca perderte.
Para dejarte, como ahora te tengo, malnutrida en tu esqueje de sombras, en tus contrastes de nieve y cuervo. Para olvidar lo que nunca hicimos y aplacar la hiel entre orgasmos de papel y soliloquios de vinilo.

Mi amor, perdóname el odio.
Si no supe quererte es culpa de no haber podido amarnos.

A destiempo te pienso.
Claro, siempre.

http://www.youtube.com/watch?v=-oCPAO3bp4Q

-

Llegó como una bofetada, como un golpe contra un suelo de invierno. Llegó como sólo ella sabe hacerlo.
La realidad y su impertinencia.

En un estallido de imágenes ví su rostro, inserto en píxeles, bajo la pantalla plastificada, carente de plagio y cadente como un batir de alas.
Todo un nada.
Era como ver por primera vez a Greta Garbo desmontando las hiladas del insomnio, aplastando con los párpados aún más el peso de los hombros. Salirme de la piel fue sólo cuestión de reflejos.

Aún ayer pensaba que quedaba sitio para el intercambio de asientos, y esta mañana me he levantado tan rápido de la cama que apenas difiero si vivo o no un sueño.
Es interesante, al menos, observarme en la monotonía de imaginarme más allá del 'hasta luego'. No concibo el momento en que mis ojos se remuevan en sus cóncavas tumbas al devolverle su propia imagen, ese instante congelado en planetas verdiespejos.

Y bien, ví su foto. La ví y pronto aparté la cara del imán de sus contornos para, acto seguido, anotarme un hueco bien grande en el esternón. Uno de esos de no saber si has comido mucho o llevas conteniendo el aliento media vida, qué vida esta. Ésta, maníaca y calenturienta, ávida como sólo puede permitírselo ella. Vida puta. Vida troyana, vida Helena. Bestia imperturbable, se ríe de mí y yo con ella, qué remedio.

No hay evolución en mi gallarda circunferencia, lo imposible es llenar de amores una superficie roma, plena, vacía por estar convexa; cóncava, si eso, a golpe de maza. Que me gusta a mí un escrito lleno de verdades a medias.

En fin, por fin, acallo tantísima insistencia.
Dejar el móvil para las llamadas entrantes
no es una simple coincidencia.

Permito que seas tú quien puntúe tanta convalecencia
con un tiro certero
en la nuca.

Uno de ésos que tan bien sabes darme.
Un beso pirata
Un beso partido
Un beso con lengua
Uno lascivo
Uno
Dos
Tres
Mil

Mátame, en fin, por fin.

Te quiero.

                                                                                                                                A tí.

poor little child

-No.
-Pero, ¿qué te pasa?
-Nada.

No pasa nada.


A veces me pregunto si disfruto con las torturas que yo misma me inflijo. En algún momento de la fiesta debí equivocarme y llenarme el vaso de alguien que se había puesto hasta el culo de culpa. Culpa, desidia y una raya bien larga. La última bien podría ser - con mayor frecuencia - menos metafórica.

En casos como el mío se suele aplicar la fórmula ''es el momento para que disfrutes'' o ''cáncer, señorita, es cáncer''. De nuevo, lo segundo es una metáfora. Al menos de momento.
Yo misma uso frases enlatadas para aconsejar. Si fuese mucho más sincera dando consejos, me habría quedado sin amigos o, como mínimo, gran parte de ellos habrían salido corriendo. Preferiblemente, en dirección a un barranco.

Tenebrismo. Es lo único que me apetece meterme en buenas dosis directamente al corazón, mientras mi cerebro se encarga de bloquear cualquier otro pensamiento para transformar lo que antes era teatro en un backstage repleto de putas. No es que esté harta, siendo sincera, disfruto como una tonta con la vida y me gusta el placer por el placer. Pero de billete empiezo a ir escasa, y el alcohol no se paga solo.

Así que he decidido poner en orden mi cabeza, priorizar y andar con los pies tocando el suelo.










Y empiezo a sospechar que es eso lo que me está dejando tan jodida.
Aunque siempre será mejor que mi yo de hace tres años.


¿No?




Con lo bien que me caía...

¿Me lo dices, o me lo cuentas?

Lo malo es cuando se te pasa por la cabeza un ''quizás ya no le gusto'' o un ácido ''está con alguien''.
Lo malo es ver venir un mes de la mano del estrés y el estar sólo con una misma, como toda compañía la claustrofobia de las noches y la agorafobia de los días.

Lo malo fue comprobar que aún cabía sentirlo de nuevo.
Lo malo fue recordar cómo dolía. Poco a poco, célula a célula, sonrisa tras sonrisa.

Lo malo fue saber cómo perderme. Lo difícil, dejar de hacerlo.


Lo triste, las verdades. Lo fácil, autocompadecerse.

Pero lo peor fue no dejar de ver sus ojos al cerrar los míos.

//

N. del A. (Llevo demasiado tiempo condicionando el teclado a unos avatares enraizados en la rutina, y temo que eso no va a llevarme a ningún punto en concreto. Probemos otra táctica. Suerte.)

El viento. Sí, el viento. Me golpea la cara con más fuerza que las palabras que me lanzas desde la ventana.

No te oigo, así que me doy la vuelta y sigo andando. ''Otro día más,'' -me comentan mis zapatillas- ''adónde quieres ir a parar, el asfalto te está hirviendo la sangre a lametazos.''

Nunca supe mirar al frente, el cielo es demasiado bonito como para no perderse en él. Una vez leí en algún libro algo acerca de una respuesta a la selección evolutiva encauzada a abocarnos a una mentira más grande que cualquier verdad: el poder mirar hacia arriba.




Hablamos de tí la mayor parte del tiempo. Cuando hablo de mí me suena a un guión aprendido de memoria, y eso me hace sentir más vacía y, por qué no, vulnerable. ''Disculpa, no es por interrumpirte...'' Iré a por otra copa.

''Señor, qué espesez más desesperante''. Fuerzo las sonrisas, en momentos como este me cuesta sacarlas con la sinceridad necesaria. El vaso está más que amasado, no es necesario que te entretengas despegando las etiquetas del botellín. Cuando levanto la vista, es sólo para cerciorarme de que las manillas del reloj siguen en su sitio.
No me acostumbro a vivir aburrida. Todo es demasiado predecible. Pero empiezo a asumir que es culpa mía.

Al fin y al cabo, no es tan duro echarse el peso al hombro cuando llevas siempre equipaje de mano.



''I think I'll go home and mull this over
Before I cram it down my throat
At long last it's crashed, the colossal mass
Has broken up into bits in my moat.'' - The Shins - Caring is creepy

http://www.youtube.com/watch?v=8hhxthxhwk0

De pronto se me hace diáspora la calle de mi casa, abren canales alrededor y tu sombra juega conmigo conforme piso alcantarillas.
A lo mejor nos hemos hecho hambre de un plato de postre, de un trozo de tarta que sólo da para pedir más.

Suena 'wish you were here' y se me deshace la poca vida que aún me pertenece en lamentos y visados con sello de discoteca. Tú siempre has sido de escaparte en el último momento, de dejarme con ganas de verdugos y el ansia al borde del vaso.

Dios. Me pesas tanto que creo que me quedo sin aire cuando te huelo en otras fragancias, en otras mujeres, en momentos equivocados de los sitios menos aconsejados. Se me rompe la luna cuando doy vía libre a la tráquea, mártir de un cielo que brilla limpio y huele a ropa tendida.
¿Sabes qué? He decidido que disfruto sufriendo el exilio compartido. He decidido que tendré tus hijos y me casaré contigo en mil millones de vidas. Seré tu esclava y el ama de tus llaves, y dejarás espacio en la cama para la poca libertad que salga de mis labios. Haré de mí lo que nadie ha podido darte.

Vuelve. Túaquíconmigoahoracama.

Te quiero, y aún no sé por qué.

Maldita seas.


''Good Feeling - Violent Femmes''

X

Espero que seas tú quien se atreva a decirme cuál ha sido mi error los últimos años.

Ojalá tocar fondo de una vez, otra vez.

De esto que no atinas con los pies... cuando la piscina te cubría por la barbilla sobre el dedo pulgar.

Ni siquiera me molesto en retorcer las palabras como solía hacer cuando las tardes se volvían aguasal en la ventana.
Sería demasiado simplista decir ''no sé qué siento''.
En realidad soy consciente de que, simplemente, no siento nada.


Salvo cuando me cortan la boca con un beso de esos de mentira. Una lengua a medias y liga.


Pero lo que más me aterra es que me importa una puta mierda.





''Cierra los ojos para VER''

(Tell me what to swallow-CC)