martes, 25 de diciembre de 2012

amarillo

A veces.
Si dijese 'a veces' me quedaría rozando la superficie.

No eres un día, no una casualidad. Ni los ojos de un niño ni los globos contrastando el cielo. Ni las palomas gritando en silencio ni los adoquines rotos. Por no ser, no eres ni los plagios de un cuento.

Pero estás ahí. Estás en mí cada día que pasa, arrastrando nuestro yugo por los parques. Nuestros barcos de papel, aquellos llenos del olor de tu bufanda, de tus mandarinas maduras y los papeles de caramelo de menta.

Mi amor, mi recuerdo, mi tensa inquietud. Mi mujer, mi niña, mi antítesis. Princesa, maruja, bruja pija y puta. Mía nunca, que si tuya para tí, sin mí conmigo para nadie.

Quién te buscase como yo en las líneas de los poetas argentinos, en los libros viejos del arte del diecisiempre, luchándote con las mentiras que yo misma me dije para nunca perderte.
Para dejarte, como ahora te tengo, malnutrida en tu esqueje de sombras, en tus contrastes de nieve y cuervo. Para olvidar lo que nunca hicimos y aplacar la hiel entre orgasmos de papel y soliloquios de vinilo.

Mi amor, perdóname el odio.
Si no supe quererte es culpa de no haber podido amarnos.

A destiempo te pienso.
Claro, siempre.

http://www.youtube.com/watch?v=-oCPAO3bp4Q

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