jueves, 30 de diciembre de 2010


¿Dónde se marchó la confusión de los días en los que viniste a mi vida?

A veces mi mundo reclama las puestas de sol enardecidas por el calor de tu mentira.

Desordenaste mis balbuceos. Apalabraste la poca inspiración que me quedaba a tu nombre; dejaste de quererme a cambio de lo que te ofrecían la casualidad y la impaciencia en el mercado de la demanda, y yo me quise quedar sentada llorando, dejándome pisar por gigantes hambrientos e infanticidas.

Y a mi alrededor, constelaciones riéndose de mí. Puntos de luz en el agua que, de superficiales, eran sólo eso, reflejos inocuos perdidos en el mar.

Busco cicatrizarme la piel al ritmo de palabras punzantes, miradas que se desvían y besos de mala fama. Plástico duro. A costa de haber sido una muñeca rota en manos y bocas de niñas consentidas.
Los trazos opacos de un pasado que se desviste cada noche frente a mi cama.

Los discos que me recuerdan que toqué algo parecido a la felicidad con la punta de los dedos.

Ya no hay rencor, no vale echarse hacia atrás. Atrás quedó el año en que rompí ventanas.

'Y me alegro. Y me enfado a la vez.'

Tantas frases que enhebran sinapsis entre mis hemisferios.



Y GRITAR ahora, a TU lado...
... sin dejar de esperar.


sábado, 4 de diciembre de 2010

El primer día de mi vida.


Deduje por el estruendo de sus silencios que, en aquel preciso instante, se había dado paso al caos.


Quién decide qué está bien y mal en la vida.


Trastocar el sentido común a cambio de una explosión de sensaciones en la boca del estómago es un precio muy alto a pagar, los tributos fueron siempre una experiencia amarga.


Se hizo necesario el ruido, el ir y venir, los ojos saturados de agua, las mañanas que amanecían la noche anterior, sensacional humo lacrimógeno sobre el cenicero, viendo pasar las horas.

El reloj deshacía entre las yemas de los dedos cualquier alternativa de futuro como arena etérea.


Sus pasos se combinaban en aquel pavimento de roca en polvo, dibujando la felicidad en el más inocente estado de shock, el salitre almibarado por el sol, y el viento jugando a esconderse entre el pelo.


Se iba todo a la puta mierda, lo supe en cuanto pudo reunir fuerzas para alzar los ojos del suelo.

Pero ella hablaba ahora con una bolsa de piel, aquel cuerpecillo agotado había dejado de ser mi patria.

Apenas oí su sentencia mientras me alejaba sobre los edificios, flotando sin remordimientos alrededor de un cielo cosido a mano.



Nunca sabré cuáles fueron aquellas últimas palabras.

Jamás volveré a saber nada de aquel cuerpo que abandoné, sumida en absurdo raciocinio.


Por mi parte, seguiré aceptando el limbo hasta que el corazón dicte lo contrario.





''With all your lies, you're still very lovable.''

(8)----· For Emma - Bon Iver