viernes, 24 de junio de 2011

laissezmoi


Diáfana.

Es diáfana contra el cristal que nos aturde, sacudiendo nuestros nervios como moscas estivales.
Es el placer de saberla mía durante esta eternidad condensada en oxígeno caliente.

Quiere ser la nota discordante de mi pobre guitarra destartalada, sus astillas aglutinadas con cola para niños y andamios de viejo, los huesos ensamblados de algún árbol neonato que se mantienen apenas por el error de la fe.

Es una, a veces. Ayer fueron ambas. Otrora dijeron ser nada, y cada día cruzan sus hilos apretados en torno a mi cuello, cerrajero de muros y dinteles ciegos.
Son escoltas de mis talones, maquillándome siempre a bien, sin dejarse obnubilar el honor en la reyerta.


Ella. Siempre son Ella. Jamás también, el envés queda fundido en la escena.




Hambruna infernal, me depara un destino obsoleto, ya a estas alturas...


Si tan sólo pudiera creer que toqué el cielo con la esquirla de su pelo.




(8)---->''Crimson&Clover-Joan Jett''

Pasado un año, puedo decir que se cumplió mi deseo.

2 comentarios:

  1. Vivimos por y para poder leer esto la una de la otra, y no nos avergonzamos, ya no.
    Ahora, la vida que haga lo que le salga del coño, que nosotras haremos lo mismo

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  2. ya echaba de menos poder leer cosas tuyas!=) vuelves a deleitarme, como siempre!

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Vamos, escúpelo.