jueves, 30 de diciembre de 2010


¿Dónde se marchó la confusión de los días en los que viniste a mi vida?

A veces mi mundo reclama las puestas de sol enardecidas por el calor de tu mentira.

Desordenaste mis balbuceos. Apalabraste la poca inspiración que me quedaba a tu nombre; dejaste de quererme a cambio de lo que te ofrecían la casualidad y la impaciencia en el mercado de la demanda, y yo me quise quedar sentada llorando, dejándome pisar por gigantes hambrientos e infanticidas.

Y a mi alrededor, constelaciones riéndose de mí. Puntos de luz en el agua que, de superficiales, eran sólo eso, reflejos inocuos perdidos en el mar.

Busco cicatrizarme la piel al ritmo de palabras punzantes, miradas que se desvían y besos de mala fama. Plástico duro. A costa de haber sido una muñeca rota en manos y bocas de niñas consentidas.
Los trazos opacos de un pasado que se desviste cada noche frente a mi cama.

Los discos que me recuerdan que toqué algo parecido a la felicidad con la punta de los dedos.

Ya no hay rencor, no vale echarse hacia atrás. Atrás quedó el año en que rompí ventanas.

'Y me alegro. Y me enfado a la vez.'

Tantas frases que enhebran sinapsis entre mis hemisferios.



Y GRITAR ahora, a TU lado...
... sin dejar de esperar.


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